Scroll Top

Transiciones de vida: ¿Qué son y cómo navegar por ellas?

Entrada Transiciones

A medida que avanzamos por la vida, experimentamos diversas situaciones, para algunas de las cuales estamos preparados, mientras que otras nos pillan desprevenidos. La verdad es que nunca estamos totalmente preparados para los cambios o las circunstancias inesperadas, como la pérdida del trabajo, las emergencias y otros imprevistos que nos depara la vida.

Cuando nos enfrentamos a cambios, tenemos que tomar una decisión importante y, a menudo, la tomamos inconscientemente basándonos en cómo hemos aprendido a responder a los retos o problemas. Una de esas decisiones es cómo elegimos ver el cambio.

Por ejemplo, cuando alguien pierde su trabajo, algunas personas pueden sentir que su vida se ha acabado, completamente despojadas de su identidad y propósito, aunque no quieran admitirlo. No saben qué hacer si no tienen trabajo, se sienten enfadadas y llenas de dolor por cómo les despojaron de su empleo, y llevan el dolor de perder el trabajo en sus acciones cotidianas. Esto se debe a que, más allá de la resistencia al cambio o de la aceptación de una situación vital, deciden verse a sí mismos como víctimas de las circunstancias y se quedan estancados ahí.

Por otro lado, algunas personas, aunque sientan el dolor de perder su trabajo, empiezan a procesar su pérdida de empleo y, en algún momento, deciden verlo como una oportunidad para crecer y aprender de la experiencia.

Esta sutil diferencia es fundamental para todas las experiencias vitales, porque todas nos llevan a convertirnos en mejores seres humanos y a tener una mejor calidad de vida si decidimos ver sus lecciones.

Es vital tomar esta decisión lo antes posible en tu transición. La razón por la que es importante es sencilla: cuantas más oportunidades te des para apreciar la experiencia como una lección de vida y extraer el aprendizaje, mejor la manejarás y más rápido la superarás.

Nuestras emociones nublan nuestro juicio porque las reacciones que activan en nuestro cuerpo también afectan a nuestra mente. Por tanto, una clave para tomar esta decisión es aprender a gestionar tus emociones.

¿Cómo gestionar tus emociones?

Aquí tienes algunos consejos sobre cómo hacerlo:

  • Reconoce tus emociones: Empieza preguntándote: “¿Qué estoy sintiendo?”. Si no puedes identificarlo, pregúntate: “¿Cuántas emociones reconozco en mí mismo?”. Muchas personas sólo conocen dos o cinco emociones en sí mismas, lo cual es mucho. Hay teorías como la de Paul Ekman que señalan seis emociones básicas, de las que se deriva una lista de más emociones. Seamos sinceros, a la mayoría de nosotros no nos educaron para reconocer nuestras emociones, sino para ser reactivos o permanecer en silencio cuando alguien las expresa.
  • Identifica qué desencadena específicamente esa emoción: Por ejemplo, hace unos meses, conducía de vuelta a casa con mis padres después de un viaje, e iniciamos una conversación que me hizo sentir incómoda. Me pregunté: “¿Qué estoy sintiendo?” y me di cuenta de que estaba frustrada y molesta. Luego me pregunté: “¿Qué es lo que me hace sentir así?”. Fue entonces cuando me di cuenta de que esperaba demasiado de mis padres, y observé cómo la conversación desencadenó esta emoción en mí y la relacioné con algunas creencias e ideas que tenía. Ser capaz de racionalizar esta parte me ayudó a mantenerme consciente durante la conversación.
  • Aprende a expresar la emoción: No se trata de explotar en un ataque de rabia; se trata de expresarla asertivamente, sin atacar. Por eso es esencial reconocer y comprender primero tus emociones, y luego expresarlas. Muchas personas encuentran el equilibrio de sus emociones meditando, bailando o escribiendo. Escribir es mi forma favorita de gestionar mis emociones. Cuando tengo una emoción fuerte y quiero expresarla en el momento, la escribo, dejo que el papel la absorba toda y deposito tranquilamente mis emociones en el papel. Al hacer esto, me doy permiso para reflexionar sobre la situación. Cuando termino de escribir, me siento tranquila, más clara sobre lo que siento y sobre cómo manejar la situación.

Gestionar una transición vital requiere conciencia. Esa conciencia proviene de aprender a vivir en el presente. Nuestra mente a menudo se detiene en el futuro, pensando en cuándo se resolverá todo, o en el pasado, deteniéndose en los errores que hemos cometido. Es un baile interesante en tres líneas temporales: presente, pasado y futuro. ¿Y si vivieras tu transición desde el presente?

Vivir el presente crea más conciencia de tus pensamientos y emociones. Te ayuda a centrarte en la solución, no en el problema. Perdemos tiempo enviando nuestra mente al pasado o al futuro. Aunque es importante aprender y construir sobre el pasado y el futuro, tenemos que aprender a vivir en el presente. El pasado viene a nuestra mente para traernos una lección, no para que nos quedemos atascados en él, y el futuro viene para construir, no para obsesionarnos con él.

Una mente que vive en el presente es consciente de lo que está haciendo y experimentando, y a partir de esa conciencia, toma decisiones y emprende acciones para llegar adonde quiere ir.

A menudo, no nos damos tiempo suficiente para estar presentes, para darnos la oportunidad de vivir realmente nuestra vida. Por ejemplo, una persona que inicia un negocio y espera ver resultados en el primer mes puede darse por vencida cuando no vea el resultado deseado. He aquí la clave: no tienes los resultados que deseas, pero tienes los resultados que necesitas aprender, aunque no los veas, porque tu mente está en el futuro, un futuro que no te estás permitiendo construir en el presente.

¿Te estás dando suficiente tiempo? Frecuentemente, queremos planes a corto plazo, pero no queremos vivir los largos. Lo digo con autoridad porque me ha ocurrido a mí. ¿Y si empezaras a construir tu futuro hoy, siendo consciente de tu presente? La verdad es que la mayoría de la gente no quiere tomarse el tiempo necesario; lo quieren todo ya. Olvidan que el futuro se construye día a día.

Una transición vital requiere dirección. Por dirección, me refiero a saber que actualmente estás experimentando la pérdida de un empleo, una insatisfacción, la creación de un negocio, la asunción de una nueva responsabilidad, pero ¿adónde quieres que te lleve?

Cuando la gente se jubila, a menudo se detiene porque no sabe lo que quiere en esta transición. Otros que inician nuevas oportunidades y quieren abandonar a la primera caída, lo hacen porque no tienen claro adónde les lleva esta experiencia.

Esta es una decisión crítica que hay que tomar al principio: ¿adónde quieres ir? Una transición vital es una oportunidad para reinventar y transformar tu vida, para pivotar hacia lo que realmente deseas. ¿Cuál es ese camino? Esa es la pregunta que tienes que explorar.

¿Cómo navegar en este camino?

He aquí algunas recomendaciones para ayudarte a navegar por las transiciones vitales:

  • Acepta que el cambio es inevitable: La vida está llena de cambios, y no todos son agradables. Aceptar que el cambio forma parte de la vida te ayuda a estar más preparado para manejarlo.
  • Aprende a gestionar tus emociones: Como ya se ha dicho, gestionar tus emociones es fundamental para navegar por las transiciones vitales. Si reconoces, identificas y expresas tus emociones, podrás procesarlas de forma saludable.
  • Céntrate en el presente: Vivir el momento presente te ayuda a apreciar lo que tienes y a encontrar soluciones a los retos. También te ayuda a mantener los pies en la tierra y a ser consciente de lo que ocurre a tu alrededor.
  • Date tiempo: El tiempo es un recurso valioso, y es importante que te concedas el suficiente para procesar tu transición vital. No precipites el proceso, tómate el tiempo que necesites para aprender, crecer y sanar.
  • Encuentra tu dirección: Saber adónde quieres ir te ayuda a mantenerte centrado y motivado durante tu transición vital. Explora tus opciones, fija objetivos y crea un plan para alcanzarlos.

En conclusión, las transiciones forman parte de la vida, y pueden ser un reto, pero también una oportunidad de crecimiento y transformación. Si aceptas el cambio, aprendes a gestionar tus emociones, te centras en el presente, te das tiempo y encuentras tu dirección, podrás navegar por tu transición vital con más facilidad y gracia.

 

Otra entradas que pueden apoyarte en tus transiciones de vida:

5 Emociones que nos Mantienen Estancadas

Cómo poner la intención en crecer

El miedo: una emoción que estanca

 

Entradas relacionadas

Dejar un comentario